La introducción de las TIC en el entorno educativo supone hoy día la presencia de una serie de herramientas y aplicaciones en constante actualización al servicio de las clases. Según los expertos, los profesores deben reflexionar más acerca de las innovaciones pedagógicas que sobre las tecnológicas en sí, priorizando su propia capacitación sobre la mera elección de programas que pueden utilizar, ya que está demostrado que el uso efectivo de las TIC está bastante por debajo de sus potencialidades.

El proyecto Escuela 2.0 en la red, impulsado por las autoridades educativas, ha supuesto un impulso a estas líneas de innovación. Sin embargo, la aplicación de estas inversiones en los centros ha adolecido en ocasiones de problemas de conectividad, y en otros casos de carencias formativas respecto a las tecnologías. La mayoría de alumnos y alumnas, por su parte, pueden ser considerados “nativos digitales”, ya que son usuarios habituales de todo tipo de soportes con aplicación en el aula, desde portátiles a móviles inteligentes. Otra cuestión es que ese hábito sea garantía de la capacidad de estudiar o trabajar con dichas tecnologías, pues más bien se han detectado dificultades en la selección y categorización de la información a la que pueden acceder a través de ellas.

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