Un buen día un hombre pensó que podía ayudar a un conjunto de profesores y alumnos si dedicaba un ratito cada día a construir algo en internet. Pensó que debería ser algo con vocación de permanencia y que resistiera los envites de la tecnología. Así que, este hombre, profesor de lengua y literatura, un burgalés afincado en Barcelona, empezó a construir mapas interactivos. Salvo que cayera un meteorito, los lagos, ríos, montañas, regiones estarían en su sitio año tras año y utilizando la tecnología básica pero robusta podría resistir los avances de internet.

Pasito a pasito fue acumulando conocimiento, maneras de hacer, recursos, y fue rastreando el mundo en variadas lenguas. Tras diez años echó la mirada atrás y descubrió que había creado más de 500 mapas y que había construido un buen número de recursos interactivos (puzles, juegos para descubrir donde están determinados ríos, regiones, lugares, etc) en 9 idiomas.

Ana le escribió un mail para decirle que un conjunto de gente reconocía su trabajo como algo meritorio, útil, algo que nos había llegado al corazón porqué imaginábamos la artesanía, las horas de trabajo que atesoraba, y valorábamos la generosidad que implicaba, la inteligencia que destilaba, la humanidad que desprendía.

Este hombre llamado Enrique nos contestó con la ilusión de un niño para decirnos que tenía 63 años y que era el primer reconocimiento público que recibía, que gustoso vendría a recogerlo a La Rioja, que estaba jubilado y que esta labor la había realizado paso a paso, disfrutando por el camino, y se comprometió a realizar todos los mapas de La Rioja en un breve plazo.

Tuve la ocasión de conocerle y de cenar a su lado y me sentí afortunado, su mirada desprendía la alegría de alguien a quien le gusta lo que ha hecho durante su vida, un burgalés tranquilo que recordaba La Rioja a través de los riojanos con los que coincidió en la mili.

Cuando el sábado 26 de marzo de 2011 recibió nuestro humilde y cálido aplauso me sentí muy feliz. Habíamos reconocido a uno de tantos profesores que crean y creen que pueden poner su granito de arena para ayudar a los demás.