Interesante artículo de Ramón Flecha publicado el pasado sábado 5 de noviembre en El País. Según Flecha, la receta para mejorar la educación en España es muy sencilla: abandonar las ocurrencias paracientíficas que han caracterizado el sustrato intelectual y científico de nuestras políticas educativas y sustituirlas por las evidencias bien fundamentadas por la comunidad científica. Si la medicina, una displina cuyo principal objetivo es la intervención clínica, ha podido construir un modelo de intervención basado en la evidencia, debe ser posible una educación basada en la evidencia. Eso sí, siempre que el propósito sea no utilizarla políticamente como herramienta de exclusión social, esto es, siempre que aceptemos como principio una especie de juramento hipocrático educativo. El artículo empieza así:

"Hay muchos datos que demuestran que, hasta hace poco, los resultados educativos en España estaban empeorando y que recientemente han comenzado a mejorar. Por citar solo los más referenciados en los medios (PISA), la evolución en comprensión lectora ha sido: 493 (2000), 481 (2003), 461 (2006) y 481 (2009). Desde las evidencias de la comunidad científica internacional, están perfectamente claras las causas de esa inversión de tendencia que abren una gran esperanza de mejorar todavía mucho más..."