Buenas tardes,

Os adjunto la entrevista realizada a Mª José Arroyo, directora de mi antiguo instituto IES Dolores Ibarruri. 

En cuanto a mi reflexión personal:

Ante la idea de innovar, hay que tener en mente que es imprescindible reflexionar, analizar, valorar cualquier tipo de estrategia, recurso, contenido, que puede ayudar a mejorar el aprendizaje en el aula.

Lo que no puede ocurrir es que el docente se ‘acomode’ con los recursos que ha venido utilizando con anterioridad en el mundo de la enseñanza, sin la intención de mejorar, superarse, estar en paralelo con la sociedad que se vive en ese momento. Con lo que, la idea de descartar cualquier propuesta innovadora simplemente porque cuando  se empezó en la carrera docente no se utilizaba, es completamente desacertada.

Una de las barreras a la que nos enfrentamos a la hora de incorporar actividades innovadoras es el cambio de mentalidad del profesor. Tendemos a pensar que el principal obstáculo es de corte económico, pero se puede explotar la creatividad en el aula sin necesitar recursos de gran gasto. En ocasiones, docentes abúlicos se refugian en la dificultad económica para excusar su falta de interés por la innovación. Aunque bien es cierto, que el disponer de distintos recursos ayuda al docente a innovar con más facilidad.

Como se suele decir coloquialmente, ‘Cada persona es un mundo’ y, por tanto, cada profesor puede tener una mentalidad distinta. Con lo que no se puede generalizar a la hora de pensar qué tipo de docentes son los más reacios a innovar, los que rechazan cambiar sus clases estandarizadas. Sin embargo, sí que es cierto, que los docentes más jóvenes tienen un contacto más directo con la realidad de las nuevas tecnologías, aunque un docente con más experiencia, puede tener igual o mayor entusiasmo.

La inquietud, la ilusión, la pasión que siente un docente, no se pierde con la edad si realmente lo experimenta con vocación.

Otro aspecto que beneficia a desarrollar la innovación educativa  es el trabajo en equipo.  Nos comentaba Mª José que es recomendable que todo docente pase por un equipo directivo, ya que el tránsito por la dirección te da una visión global que como profesor individual no la percibes y te permite trabajar constantemente en equipo, hecho que, en general, adolece en la profesión del docente.

Cada etapa experimentada, ya sea siendo jefe de estudios, directivo, etc, te enriquece de una manera diferente. Pero nunca hay que perder de vista que ante todo, estés en la etapa que estés, eres docente, y así debes sentirlo.

En cuanto a la actitud que manifiestan los alumnos ante las nuevas propuestas del  profesor, en general, es muy positiva ya que aceptan con entusiasmo los cambios que se les ofrece.  El disponer de nuevas tecnologías lo ven como algo natural, ya que es parte de su día día.  Lo que no ha cambiado a lo largo de los años, es que siguen viendo imprescindible que un docente sea generoso, paciente, cercano, flexible... Por lo que, antes de innovar, un profesor debe tener presente que está trabajando con personas, con jóvenes a los que enseñar, a los que educar.

Como conclusión, para llegar a ser un buen docente, hay que ponerse siempre en el lugar del alumno, que es el centro del sistema educativo. Es decir, no debemos olvidar nuestra etapa de estudiantes, con nuestras inquietudes, nuestros miedos, nuestros conflictos sociales, etc. No hay que perder la perspectiva de ‘ponerse en el lugar del alumno’.

Un saludo.