Hola, soy Inés León Pavón, del grupo M16.

Espero que os resulte interesante la entrevista que he realizado a un docente innovador para la actividad 2.1. de la asignatura "Innovación docente e iniciación a la investigación educativa". 

Me gustaría compartir también con vosotros mi reflexión sobre los beneficios y dificultades que experimenta Juan Carlos innovando en su centro. 

Comienza introduciendo el centro, describiendo la actividad a la que se dedican las familias del alumnado, las instalaciones del centro y el número de profesores entre otros aspectos. Éste podría ser el punto de partida para comenzar un proyecto de innovación. Es decir, es necesario hacer un análisis de la situación global actual para poder conocer de un modo más práctico las necesidades que queremos cubrir en un futuro. Él comenta que ésa fue su gran motivación: mejorar o cambiar lo ya existente. Sin duda, uno de los beneficios que aporta la innovación es la satisfacción de alcanzar una mejora en algún ámbito educativo. Podemos decir que el fin con el que se lleva a cabo una actividad innovadora se convierte en el propio reconocimiento al trabajo hecho. Juan Carlos menciona que el mayor reconocimiento que ha obtenido en su experiencia ha sido el que ha recibido por parte de sus alumnos lo cual refleja su compromiso con la labor de docente; su único objetivo es mejorar la calidad del aprendizaje de sus alumnos. No obstante, hace referencia a la importancia de la unicidad y colaboración de todos los agentes involucrados. Como jefe de estudios entiende que es el equipo directivo el que debe crear una cultura escolar enfocada a la innovación, al cambio. Así mismo, el profesor debe hacer lo propio en el aula para conseguir que el alumnado se envolucre y participe apostando por una metodología democrática siempre bien entendida. Cuando esto no ocurre, florecen las resistencias. La innovación debe ser propuesta o motivada, nunca impuesta. Juan Carlos defiende el desarrollo profesional del docente así como su autonomía para tomar la iniciativa. De no ser así, se entendería la innovación como una orden más que se debe cumplir. 

Partiendo de esta base, él mismo concluye de manera rotunda que LA INNOVACIÓN SÍ MERECE LA PENA. "La escuela debe ser entendida como un ser vivo, como algo que crece, algo que está en constante evolución. Si no la regamos, si caemos en la rutina o en la desgana, estaríamos perdidos".

Un saludo.